Lo que gano como entrenador personal

Rafa

7/16/20252 min read

Al lío, que tendrás cosas que hacer.

Te voy a contar cuánto gano, perdón, cuánto cobro como entrenador.

Pero antes déjame que te cuente algo que me pasó esta semana

Recibo un DM que transcribo literalmente:

“Hola Rafa, soy X. He visto en Instagram que eres entrenador personal online y me gustaría que me entrenaras. Tengo 29 años y quiero unos hombros como los tuyos ¿Cuánto cobras?”

¿Por mis hombros?

Mal empezamos.

Le envío una breve y amable respuesta que incluye un link a mi web (50enforma.com) donde albergo (casi) toda la información de mis asesorías.

X vuelve a la carga: “Hola otra vez. He visto tu web y me pareces muy caro. Por ese dinero puedo contratar a un entrenador con diez veces más seguidores que tú”.

Mi respuesta: cri, cri, cri…o sea, no le respondí.

Insiste: “Hola soy X. No me contestaste. He pensado que si me bajas el precio te contrato. Vengo de parte de `Y´ que es mi bro de toda la vida.

Aaahhhhhh, ahora todo encaja.

“Y” es cliente mío.

Un buen cliente: disciplinado, cumplidor y curioso.

Él sabe quién es.

“Y”, porque así me lo ha hecho saber insistentemente, dice que la atención recibida no tiene nada que ver con los entrenadores que tuvo en el pasado y que solo se acordaban de él cuando se acercaba la fecha de pago.

Está encantado con:

Recibir respuestas un domingo a las 8 de la mañana.

“Flipo el sistema que te has montado para la dieta”, dice.

Odiaba la sentadilla libre. Ya no las hace y el progreso sigue (en hipertrofia no hay imprescindibles).

Ansiedad por el progreso y frustración por los resultados, fuera.

Etc. etc. etc. etc…

“X” vuelve: “Bro que vale que te pago lo que pone en la web, qué hago ahora?”

Yo: “Lo siento, X, en estos momentos no tengo plazas disponibles”. Fin.

Sí tenía plazas pero tengo varias cosas claras.

La primera es que esta no es mi única fuente de ingreso, algo que me permite ciertas licencias.

La segunda es que no soy un mercenario, soy un entrenador.

Y por último, si a alguien le parezco caro es porque no ha trabajado conmigo, no se quiere a sí mismo o no valora mi trabajo.

Esta concatenación factorial provocó en mí un cambio de mentalidad, pasando del “por favor contrátame” al “¿por qué debería entrenarte?”

Curiosamente ahora es cuanta más clientela (algunos, amigos ya) tengo.

Me da igual si te parezco soberbio, todo esto es rigurosamente cierto y es lo que hay. Punto.

Te toca ¿Quieres ser “Y” o prefieres seguir siendo “X”?

Quiero ser "Y"

PD 1: cobro 120 €/mes por la asesoría/mentoría integral.

PD 2: “X” siguió insistiendo y yo seguí ignorándole.