— Pues que si aislamos y sintetizamos ese gen que permite engordar sin comer, podría erradicarse el hambre en el mundo.
¡Vaya! No era esa la respuesta que él esperaba, sino una solución, así que le propuse pesar y contar todo lo que comía y bebía durante una semana ¿sabes qué pasó? Que perdió 5 kg solo siendo consciente de lo que se metía para el cuerpo.
— Creo que a lo mejor estaba comiendo— me dijo tras la primera semana — más de lo que pensaba.
¡Claro, nadie engorda del aire! Ni el mismísimo Barry.
Transcurridas cinco semanas mi colega había perdió 15 kg de peso pero, como era de esperar, se estancó, así que le propuse una solución no excesivamente dolorosa con la que perdió 20 kg más ¿Sabes cuál?
La respuesta solo te la daré si decides contactar conmigo y yo decido que me interesa que trabajemos juntos.
PD: Barry consiguió perder y mantener su peso, su rostro se embelleció y yo…bueno yo, sigo calvo y feo.